martes, 22 de abril de 2008

RV: [RIMA] Patti y el cementerio de Escobar

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-----Mensaje original-----
De: rima-lista-bounces@tau.org.ar [mailto:rima-lista-bounces@tau.org.ar] En
nombre de Celia Simioli
Enviado el: miércoles, 16 de abril de 2008 13:34
Para: rima
Asunto: [RIMA] Patti y el cementerio de Escobar

Semblanza de la mujer encargada del cementerio de Escobar, Claudia Achu,
cuya simple honestidad posibilitó encontrar un yacimiento de cadáveres de
"desaparecidos" en ese lugar, contrariando expresas directivas de Patti.Una
flor PorSandra RussoSetrata de una mujer común, ni linda ni fea, una mujer
entre tantas. Peronista,debe ser de familia peronista. Militaba en los '90
cerca de Ernesto Landau, uncaudillo bonaerense que en ese preciso momento
era el apoderado del PJ. El delos '90 era un PJ vergonzoso. Hubo una alianza
en Escobar, con Patti, queasumía su primera intendencia. Esa mujer, Claudia
Achu, fue designada encargadadel cementerio de Escobar, sin tener ninguna
experiencia en gestiones de esetipo. Y aquí empieza a fisurarse el hueso de
la historia.
En el reportajeque le hizo en este diario Adriana Meyer, Achu relata su
historia con unapasmosa naturalidad. Y en el verosímil de esa historia, es
importante que Achu,en aquel momento, haya sido una mujer casada, con dos
hijos, auxiliar deenfermería de profesión, quizá de vocación. Se tiró a
medicina, pero llegó asegundo año. Pero fue asistente social y trabajó en
los barrios y en loshospitales. Quién le hubiese dicho que iba a terminar
encargándose de los muertos.
Esta historia,cuyo hueso quedó expuesto en el juicio a Luis Patti, también
habla de lasvocaciones profundas, las que vienen sopladas por alguna
interior. Lasvocaciones que se realizan más allá de cualquier circunstancia.
En ese sentido,la historia de Claudia Achu es asombrosa.
Achu necesitabaremover tumbas y no podía. Y necesitaba habilitar más tierra
en el cementerio yno podía. Como el cementerio de Escobar era una de las
cajas del intendente,esta señora Achu, con una rara mezcla de inocencia
pejotista y obstinaciónfemenina, fue a verlo a Patti. Achu sabía quién era
Patti. Se presume en elrelato que en aquella entrevista puso por delante su
deber de recaudar para elintendente por encima de la sospecha de que ese
mismo intendente era el que habíasembrado el cementerio local de muertos sin
identificación.
La orden fue notocar, no hablar, no remover, olvidar. Aquí la figura de Achu
comienza arecortarse de las que la rodean. Aquí empieza a latir en la
historia la pulsiónde la verdad, que encuentra en su camino a Achu. Ella en
ese preciso momentodestinaba un sector recién removido del cementerio a una
empresa de sepelios.Pero cuando se iba a hacer la inhumación, el encargado
corrió a avisarle queabajo del cuerpo reducido esa mañana había otro, sin
cajón, con zapatillas.
Pese a que laorden ya había venido y que el intendente era Patti y que Achu
no tenía niapoyos políticos ni otro trabajo, la mujer prohibió tirar ese
cuerpo NN alosario. Al día siguiente la echaron. Y pese a todo lo que ya se
dijo, pero queconviene tener presente todo el tiempo, como Achu lo debe
haber tenido, lamujer decidió no irse a su casa sin antes hacer una denuncia
en un juzgado deCampana.
Descubrieron másde cien cuerpos sin identificar. Entre ellos el de
Gonçalvez, cuya causa fueclave para la detención de Patti. La denuncia y la
declaración de Achu también.La denuncia, radicada en 1996, ya había pasado
al olvido después de la ley dePunto Final. Achu no sólo se había quedado sin
trabajo. Se divorció y se tuvoque ir de Maschwitz con sus dos hijos, para
los que tuvo que pedir protección.
En el reportajedel lunes, Achu dijo en un momento: "Yo no lo enfrenté desde
la ideología, sinoporque era lo que tenía que hacer". Me permito, por la
presente, pasarleresaltador a esa frase. Pese a su inserción partidaria,
pese a lasintimidaciones que siguieron, pese a que esos NN se pusieron
accidentalmente ensu camino, la historia de Achu es la que alguien, como ha
habido siempre, comoes de esperar que siempre habrá, sencillamente se planta
ante lo que considerainaceptable. Alguien que de pronto sabe algo y se ve
compelido a actuar enconsecuencia. Las personas como Claudia Achu son las
que nos devuelven, cadatanto, el mejor rastro de la condición humana.
A ella lainvitaron los hermanos Gonçalvez cuando enterraron a su padre ya
identificado,y ellos ya estaban juntos gracias a esa identificación. Achu no
fue. Sí loshabía conocido, dice que cuando se vieron se abrazaron como si se
conocieran detoda la vida. Pero Achu no fue al entierro porque, dice, "no
quise que esto sepolitizara". Ella quería simplemente "que esa gente tenga
una flor en sutumba".
Achu es un ejemplode los escasos. El de los que hacen lo que tienen que
hacer.
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