lunes, 10 de marzo de 2008

RV: [RIMA] Mujeres de la Vía Campesina levantan sus puños contra el desierto verde

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nombre de claudia korol
Enviado el: lunes, 10 de marzo de 2008 1:46
Para: Red Informativa de Mujeres de Argentina
Asunto: [RIMA] Mujeres de la Vía Campesina levantan sus puños contra el
desierto verde

Mujeres de la Vía Campesina levantan sus puños contra el desierto verde[1].

por clarisse castilhos[2]

En la madrugada del 4 de marzo, como entidades salidas del propio vientre de
la tierra, 900 mujeres okuparon la hacienda de Tarumã [3].
Surgiendo de las neblinas del día que amanecía, muchas de ellas llegaron
acompañadas de sus hijxs, venían de todas las regiones del estado de Rio
Grande do Sul, - al sur de Brasil- donde viven asentadas o acampadas[4].

Fuertes y guerreras como amazonas, las mujeres campesinas empuñaron la hoz y
el facón y derribaron centenas de eucaliptos en pocas horas, manifestando de
forma corajosa y decidida su lucha contra la destrucción de la naturaleza y
contra los límites impuestos por el capital y su organización de otras
formas de vida y de producción. El objetivo era destruir-denunciar aquello
que destruye y volver a plantar matas nativas.

Ya en el medio de la mañana, después de cumplida esta tarea, se iniciaron
las actividades cotidianas de un campamento: preparar la alimentación
colectiva, reunir a lxs niñxs para actividades recreativas y educativas. Se
fue generando por algunas horas un ambiente harmónico y festivo. Todas
estábamos hermanadas en la convicción de que hay alternativas al capitalismo
depredador.
Depredador de la naturaleza, de las relaciones humanas y de las condiciones
de trabajo. Contra un capitalismo que se expande apoyado en las guerras y en
la represión cada vez mayor que genera miseria urbana y rural. Estábamos
unidas por la construcción de un mundo en que lxs niñxs que nacen en este
espacio de cooperación, talladas por la lucha y por el acceso a la
educación, podrán vivir de otra manera.

Pero a las once de la mañana todo cambió. La Brigada Militar se hizo
presente y se plantó frente a las barreras erguidas para proteger el
campamento, donde muchas de nosotras estábamos en puestos de seguridad.
Ellos, como perros guardianes, permanecieron durante 5 largas horas. En ese
tiempo, hubo varios intentos de intimidación, algunos con agresiones, entre
ellas a la periodista y el fotógrafo de la Vía Campesina. A sus amenazas
respondíamos con cantos guerreros y políticos.

A las 16:30, después de que impidieran la presencia de periodistas en el
lugar, estalló la represión. Cerca de 30 hombres irrumpieron entre nosotras,
montados en caballos, acompañados de perros amaestrados para atacar, para
matar. Avanzaban sobre nosotras emitiendo terribles gritos, con ojos rojos
de odio. La imagen era de criaturas salidas del infierno, con sus rostros
cubiertos por cascos salidos de la Guerra de las Estrellas, con espadas
erguidas (¡espadas si!) que bajaban con violencia sobre nuestros cuerpos.
Disparando tiros de balas de goma a quema-ropa - las llamadas granadinhas
que explotan al contacto con el cuerpo y estallaban en astillas de plomo.
Así penetraron el campamento, pisoteando mujeres y niñxs con sus perros y
caballos – nacidos para matar - furiosos animales conducidos por seres
enfermos.

Los patriarcas - y guardianes de la propiedad privada y de la moral -
atacaron con odio, gritando cosas como: vayan para casa a cuidar de sus
hijos! Putas de mierda! Las vamos a matar! Mientras tanto, láminas de
espadas bajaban sobre nuestras piernas, espaldas y pubis, como violaciones.
Balas de goma penetraban en nuestras carnes dejando rastros de plomo y
sangre. Así, ellos como buenos machos, demostraban quién tiene el poder
aquí.

Después de interminables minutos de terror absoluto en los que las madres
fueron separadas de sus hijxs, fuimos llevadas a la ruta, dejando todas
nuestras cosas de lado, como si todo lo que teníamos fuera maldito:
carteras, gorros y pañuelos del movimiento, remedios, pañales, mamaderas.
Fuimos forzadas a quedarnos sentadas en la orilla de la carretera durante
horas, perdiendo la noción de nuestro destino.
Después fuimos encaminadas a algunos ómnibus, apretadas, sin agua ni
alimento. Ya de noche, con las luces de los micros apagadas, permanecimos
dos horas más. Para entonces habíamos perdido toda referencia de lo que
sucedía con el resto de nuestras compañeras, también de nuestros rumbos. En
estas horas vivimos un calvario, nos sentimos protagonizando un film de
horror. Las 60 mujeres heridas seguíamos sin recibir ningún tipo de atención
médica. Algunas de nosotras estaban desmayadas, otras convulsionaban. Lxs
niñxs lloraban sin parar.

Llegamos a la 1 de la mañana a la ciudad de Livramento (frontera con
Uruguay). Ahí fuimos nuevamente divididas, unas fueron encaminadas a un
estadio, otras finalmente al Hospital donde fuimos muy bien atendidas[9],
hasta tomamos sopa caliente, nos sentamos en sillas y bebimos agua.

Pero al llegar al estadio, nos esperaba nuevamente la pesadilla. Tuve
inmediatamente la terrorífica visión del Estadio Nacional de Chile, y
tantos otros campos de tortura y aislamiento que el capitalismo crea.
Las mujeres y niñxs que estaban desde hacía horas, intentaban buscar una
posición para dormir sobre un suelo helado. La única alimentación que habían
recibido en horas era leche, agua y galletitas aportadas por la intendencia.

Finalmente, al inicio de la mañana, fuimos recibiendo nuestras cosas
sucias, desorganizadas, controladas.

Parte de la comida que habíamos llevado, se había echado a perder.
Imagino que deben de haber quedado ollas y ollas de alimento desparramadas
entre los eucaliptos, como parte de una venganza. Como si sólo nosotras
precisáramos de agua potable para beber, de oxígeno para respirar.

Así y todo seguimos de pie. Al día siguiente nos manifestamos por las calles
de Livramento, a pesar da la vigilancia de los mismos perros, caballos e
inclusive espadas, que ya conocíamos tan bien. El acto público se celebró en
el Parque Internacional y contó con el apoyo de parte de la población.

Lo importante de que haya sucedido en la frontera es también por el hecho de
que las fábricas de celulosa están tomando a Uruguay, a la misma altura de
Brasil y de Argentina. Si el proyecto prevalece, tendremos una gran área
multinacional sobre el Acuífero Guaraní (uno de los mayores mantos freáticos
del mundo) de donde será extinta toda la mata nativa y toda la posibilidad
de plantación de otros cultivos, entre los cuales los pastizales típicos de
la región. El latifundio nacional sería sustituido por el agro-negocio
internacional en condiciones todavía peores de desenvolvimiento económico,
humano y ambiental. A pesar de eso, el estado brasilero mostró su
complicidad con el capital asesino no permitiendo que el acto público de
fuera cerrado en territorio nacional. Felizmente fuimos muy bien venidas en
suelo uruguayo [5] fue allí que concluimos nuestra acción.

No nos moverán!

Las mujeres que estamos en esta lucha sabemos que el patriarcado capitalista
es nuestro peor enemigo y es contra él que luchamos y lo haremos hasta su
extinción! Recién ese día podremos hacer una fiesta para conmemorar el 8 de
marzo que no será más el día internacional de las mujeres, porque pasará a
ser el día internacional de la humanidad.

marzo de 2008

[1) clarisse castilhos es economista e integrante del grupo mulheres
rebeldes. claricastilhos@ yahoo.com. br

[2] Mujeres de la Vía Campesina okuparon una hacienda de la transnacional
sueco-finlandesa Stora Enso, en Rosario do Sul, a 400 km de Porto Alegre. En
esta tierra se está imponiendo el monocultivo del eucalipto, practicada por
grandes transnacionales como Stora Enso, Aracruz e Votorantin, que destruyen
los biomas de las regiones donde es implementada y afecta el suelo de tal
manera que imposibilita cualquier otro cultivo, volviéndose una gran
amenaza. Estas parcelas de tierras fueron adquiridas de forma ilegal - está
localizada en área de frontera, donde instalaciones extranjeras son
prohibidas – a través de la creación de una empresa brasilera "testaferra" .

3] La diferencia entre las mujeres asentadas y las acampadas, es que las
primeras ya han recibidos sus tierras, las segundas viven en campamentos
hasta que el gobierno les otorgue la tenencia de las tierras. Para ello
pueden estar hasta 3 años, ó más, viviendo en carpas de nylon negro.

[4] Un tiempo atrás, el gobierno de Estado intentó cerrar el Hospital de
Livramento y fue el MST quien tuvo una participación de vital importancia en
la lucha, actuante en las vigilias y proveyendo alimentos para lxs internxs.
Como un boomerang, ese agradecimiento se vio reflejado en la buena atención
y trato recibidos.

[5] Si bien el gobierno uruguayo está defendiendo a las papeleras y por esa
razón hay una disputa muy fuerte con Argentina.


--
www.panuelosenrebeldia.org

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