viernes, 4 de abril de 2008

RV: [RIMA] "Paseo" del Buen Pastor: una fuga hacia la memoria (I)

-----Mensaje original-----
De: rima-lista-bounces@tau.org.ar [mailto:rima-lista-bounces@tau.org.ar] En
nombre de Nati
Enviado el: lunes, 24 de marzo de 2008 19:19
Para: RIMA
Asunto: [RIMA] "Paseo" del Buen Pastor: una fuga hacia la memoria (I)

El artículo original está en
http://argentina.indymedia.org/news/2008/03/588762.php
Tomado de Indymedia Argentina ((i))


"Paseo" del Buen Pastor: una fuga hacia la memoria (I)
Por Colectivo Indymedia Córdoba - Géneros - Sunday, Mar. 23, 2008 at 7:38 PM

En torno a la recuperación histórica del significado del 24 de marzo de
1976, existe en Córdoba un sitio que presenta todas las contradicciones: fue

durante casi cien años una cárcel de mujeres, y desde años previos a la
dictadura y durante la misma, albergó a mujeres presas políticas. Hoy,
convertido por la administración provincial en un "paseo" y centro artístico

y comercial destinado al consumo de sectores de altos recursos -y en cuya
inauguración en agosto del pasado año participó la entonces senadora
Cristina Fernández junto al gobernador De la Sota-, albergó varias de las
actividades oficiales alrededor de la conmemoración del 24 de marzo.
María del Carmen Claro y Cristina Salvarezza, son expresas políticas que
estuvieron detenidas en la Cárcel del Buen Pastor. Sus voces han sido
ignoradas y silenciadas repetidas veces, y por eso decidieron intervenir el
lunes 17 de marzo en una conferencia de apertura de las actividades
oficiales, para hacerse escuchar, y para dar un espacio a las nueve
"desaparecidas del Buen Pastor".
En esta entrevista, realizada conjuntamente con las compañeras de la Red
Nosotras en el Mundo en su estudio, nos comentaron sus experiencias durante
esos años, la vida en la cárcel del Buen Pastor, el dolor y la impotencia
ante la transformación de ese espacio, y recuperaron un hecho histórico del
que pocos registros existen: la fuga de 26 presas políticas el 24 de mayo de

1976. Aquí va la primera parte.
Queríamos charlar con ustedes, conocer sus historias.
- Carmen: Yo soy María del Carmen Claro, soy de Paraná y estaba estudiando
en Córdoba. Hacía poco tiempo que había venido. Era militante estudiantil, y

había venido un poco en pañales, sin mucha idea de lo que era la revolución,

los cambios profundos ni la sensibilidad popular, y ante el 11 de septiembre

del 73, el gran golpe de Chile, fue una conmoción para mí. A partir de ahí
me empecé a acercar. Había toda una ebullición, un trabajo de la militancia,

una movida muy grande, en Córdoba. Además había estado no hacía mucho
Dorticós de Cuba, había sido la asunción de Cámpora. empecé a militar en el
ambiente estudiantil, muy comprometida en el sentido de que cuando me di
cuenta de que la cosa pasaba porque me parecía que no tenía que haber
división de clases, todo me parecía raro, llegaba a mi casa y contaba, le
decía a todo el mundo, a mi papá, y las grandes discusiones, ¿cómo no podían

entender algo que era tan evidente? Ahí empecé, y luego ingresé al Partido,
el PRT, que me instruyó, me ayudó a que entendiera un montón de cosas.
- ¿Qué estudiabas, María?
- Carmen: Arquitectura. Estudiaba y también trabajaba. Y trabajaba,
estudiaba, militaba.
- ¿Qué edad tenías?
- Carmen: Veinte cuando llegué a Córdoba, veintiuno, veintidós. más o menos.
- ¿Cuándo llegás al Buen Pastor?
- Carmen: Yo empecé a militar más o menos en el 74, y ya en marzo del 75 me
detienen. Me detienen en una pensión, y toda la taquería en la pensión, como

a todo el mundo, a los sopapos limpios, nos sacaron de ahí, y me llevaron a
Información, a la D2. Ahí estuve con muchos otros compañeros que también
estaban detenidos, todos por la misma causa. Ahí fue muy terrible, creo que
todo el mundo sabe lo que fue el D2.
- Recordemos que la D2 funcionó en el Cabildo Histórico de la ciudad, en el
Pasaje Catalina, en pleno centro. - Carmen: Esa era la parte donde te
llevaban, te detenían, tus captores te llevaban ahí, donde había torturas,
vejaciones, violaciones. Córdoba se anticipó a otras provincias, la
represión fue mucho más cruda desde el 74. Y las condiciones de vida,
incluso, de las cárceles, en esa época, en Córdoba y Tucumán, eran
específicamente más duras.
- ¿Cuánto tiempo estuviste en el D2?
- Carmen: Yo no recuerdo cuántos días estuve, pero fueron como seis o siete,

fácil.
- Y de ahí, ¿al Buen Pastor?
- Carmen: Y de ahí me llevaron al Buen Pastor.
- Cristina, no sé si vos querés contar también.
- Cristina: Yo quería retomar lo del 73, porque estoy en un ambiente que es
muy favorable a hablar de la mujer, yo estaba muy ligada a las compañeras de

CETERA en ese momento, y fue el pico máximo de la lucha de la mujer en la
calle. Lo que significó el derrocamiento de Salvador Allende, fue el
Mendozazo en Argentina, protagonizado por las docentes, la primer
movilización más grande que hubo en la historia argentina de mujeres, y
fueron mujeres docentes para la formación de la CETERA, en ese momento. Las
horas de trabajo, las reivindicaciones específicas del gremio. Y fueron
golpeadas, y fueron encarceladas, perseguidas, todas las compañeras. Y acá
tuvo sus ecos también, en la calle.
Y lo que quería decir, que cuando la "Campe" (así le decimos a Ma. del
Carmen cariñosamente) llegó al Buen Pastor, nosotras ya teníamos muchos
meses -yo pocos, pero había otras compañeras que hacía muchos- que venían
trabajando para que el Buen Pastor fuera una cárcel digna, donde no hubiera
más requisa vaginal, por ejemplo, donde hubiera trabajo productivo, que el
tiempo de la cárcel fuera un tiempo útil, donde en la cárcel se pudiera
militar. Yo tuve la oportunidad de pasar mucho tiempo con las presas
comunes, que fue recuperarlas de la droga, recuperar un proyecto de vida,
muchas de ellas eran el único sustento y apoyo de sus familias afuera, poder

incorporarse a los trabajos productivos para luego apoyar a su familia,
tenían hijos. Fue una lucha constante, porque teníamos muchos frentes ahí.
Que la droga, que el servicio penitenciario, que la huelga de hambre, que
sacaban a una compañera y no sabíamos si volvía, fue terrible. Si hablamos
de la cárcel, fue un frente de lucha nuevo, no sabíamos, nadie nos había
dicho qué teníamos que hacer ahí adentro, pero conflicto que se presentaba,
conflicto que salíamos y dábamos respuesta, e inventábamos una línea
política para llevarla adelante. Y cuando ella llega, eso ya está, somos
nosotras un poco las que estamos marcando, con los límites que tiene una
cárcel, las cosas como tenían que ser, ¿no? por eso nosotras nos fugamos por

la cocina, porque logramos que no nos dieran la comida ella, sino que la
preparaba una compañera que era especialista, era médica y hacía todo el
régimen de comida, nuestra querida Idilia, entonces entraba la comida y
había cocineras, nosotras nos turnábamos, la comida para los bebés, la
comida para nosotras, y con eso logramos mejorar nuestro régimen, y nuestros

estómagos, y tener una comida digna. A lo mejor, con un kilo de carne,
¡hacíamos unos guisos exquisitos!
Las marcas de la memoria están muy presentes. Durante uno de los encuentros
previos a la entrevista, conversando sentadas en uno de los patios del Buen
Pastor antes de intervenir en la conferencia, Cristina no pudo evitar que
notáramos su repentino sobresalto: en los techos del "¨paseo", allí donde
hoy hay una chimenea, le pareció ver, como entonces, a un guardiacárcel
apuntándola.
- ¿Cómo fue regresar a este lugar, a la Capilla del Buen Pastor, 35 años
después?
Yo creo que por eso fue tan terrible ayer para mí, yo me sentí muy mal,
pedir el micrófono para que por primera vez se escuchara la voz nuestra, y
sobre todo que queríamos que se escuchara la voz de las nueve compañeras
desaparecidas, fue muy fuerte eso. Yo sentía que estaba en un lugar
represivo ahí adentro, que no podía robarle mucho tiempo a los dos
expositores, que estaban programados desde hace mucho tiempo y que el
público había ido a escucharlos a ellos, no a mí. Que era una programación
con tiempo, hora, hecha por la Secretaría de Derechos Humanos, con todos los

minutos contaditos, y demás. Y yo fui a romperles todos los esquemas. Me
pidieron (el Secretario de Derechos Humanos) que fuera corta, y no fui
corta, me fui, me fui en el tiempo. No podía parar. Después de muchos años
de silencio, en que nadie nos escuchó, porque nadie nos pidió a nosotros,
que éramos nosotras y las presas sociales del Buen Pastor, somos los únicos
interlocutores válidos. No sé qué decirte, yo entro y a mí me da mucha
tristeza tratar de descubrir adónde dormía, donde caminábamos, adónde
cocinábamos, porque en todos lados está el "paseo", y lo nuestro no era un
paseo, la palabra te lo dice, era una cárcel. No había árboles, no había
estructuras transparentes, todo era cerrado. No pretendemos seguir con un
lugar cerrado, pero que nos hubieran preguntado, sobre todo a las que
seguimos ligadas a trabajos sociales en los barrios. ¿Qué pasa con la mujer
golpeada, a dónde va? ¿Hay un lugar adonde pueda dormir una mujer golpeada,
hoy, un niño en la calle? ¿Dónde los contenemos? Si no hay espacios físicos.

Por supuesto que tampoco hay instructores, personal especializado que los
contenga. éste es el país que nosotros no queríamos, nosotras no luchábamos
para esto, y estas nueve compañeras desaparecidas, desaparecieron para que
esto no ocurriera. Jamás se hubieran imaginado, por eso es tan fuerte, que
esta cárcel fuera un paseo, donde va otra clase social, los niños de los
barrios no pueden ir, ¿qué van a ir a comprar?
- Carmen: Ayer yo llegué un ratito antes, y le preguntaba a ella dónde
estaba el pabellón, y me explicaba, pero yo no lo podía ver, no podía ubicar

los espacios, no lo podía creer. Ella me explicaba que fue siguiendo el
trayecto de lo que fueron rompiendo, demoliendo, iba de asombro en asombro.
Al final pude ubicar por lo que Cristina me iba diciendo, dónde estaba
nuestro pabellón, dónde estaba el patio.
- Más que una reconstrucción de la memoria, fue una demolición de la
memoria.
- Carmen: Claro, ese espacio, donde nosotras estuvimos por razones
ideológicas, donde luchamos por esa sociedad que quisimos que hoy no puede
ir ahí, es antagónico, parece una ironía del destino. Pero ya sabemos que no

es el destino.
-¿Cómo se mantiene esa memoria en el resto de las personas que lo vivimos,
por distintas circunstancias, desde afuera?
Cristina: Por eso te preguntarás porqué después de más de treinta años,
recién vamos a hacer el primer documental testimonial, porque hubo un hecho
que fue disparador, que es el paseo, el Buen Pastor. Fue un disparador que
nos produjo mucho dolor, nos ignoraron directamente, y aun en un gobierno
democrático, no estamos hablando de un gobierno militar que quiso borrar una

cárcel. Pero yo creo que de todos modos, la memoria está. Porque los
obreritos del Km 9 y medio, que son los chicos de Chacras de la Merced,
retomaron muchas de las banderas que nosotros dejamos en aquel momento
cuando nos detuvieron, y las continúan, y hacen una revista, "Los obreritos
del 9 y medio". Ellos fueron oralmente transmitiendo a través de Doña
Petrona. Doña Petrona, que ya murió, dejó un libro escrito para los chicos,
y la historia fue oralmente repitiéndose, retomaron algunas cosas, otras las

dejaron. En un momento, Doña Petrona, en su libro -que es un cuaderno Gloria

de 48 hojas-, dice: "Y los voluntarios que venían, tendrían sus ideas
políticas, pero nunca nos las quisieron imponer". Y fue así, aprendimos de
ellos, y ellos aprendieron de nosotros, y así era una construcción
colectiva.
- Carmen: Además, muchas compañeras están en organismos de derechos humanos,

han escrito libros, están permanentemente latiendo la memoria, repitiendo
mil veces lo que vivimos, a veces con dolor, incluso ahora con los juicios.
Cristina: Hay algo que tenemos las presas del Buen Pastor, y es que nunca
escribimos nada, y nos preguntamos por qué. Nunca escribimos nada, porque no

tenemos nada, porque el día de la fuga tuvimos que romper, destruir, tirar,
todo ese papelito de amor, político, análisis, lo que tuviéramos escondido,
que le llamábamos berretín, debajo de un ladrillito, o en nylon, en un
marco. destruir todo, y también nuestras familias tuvieron que destruir
todo, para que no quedara ningún indicio, ningún teléfono, ningún lugar de
referencia donde nos pudieran encontrar. Entonces no tenemos elementos para
reconstruir, sobre todo, como fue el libro de las presas de Buenos Aires,
que se hace en base a las cartas. ¿Vos estuviste también en Devoto, no?
- Carmen: Sí, yo estuve seis años y pico en Devoto, y escribimos el libro
"Nosotras, presas políticas".
- Para terminar, quería preguntarles qué significó y qué proyección tiene la

intervención que hicieron el lunes 17 de marzo, en la Conferencia en el Buen

Pastor, ese lugar que no habían sido invitadas.
Cristina: Yo reviví mucho miedo, miedo, miedo, es la palabra, y mucha
presión sobre mí, porque yo estaba decidiendo por todas las compañeras. No
sólo estaba hablando de las nueve compañeras desaparecidas, sino que me
estaba poniendo en juego ante las compañeras que están vivas, que yo entrara

al Buen Pastor. Porque la idea era que no íbamos a entrar. Pero una hora
antes, dijimos vamos a ir, y vamos a ver si nos pueden dar un micrófono para

hablar. Pero no sabíamos a quién pedirle eso. Teníamos esta cartilla que
decía "Lunes 17, 19 hs., Paseo del Buen Pastor, Marcas del golpe de estado
de 1976 en la construcción de un pensamiento nacional y popular, Ernesto
Jaureche y Federico Lorenz". Y dijimos, vamos a la vereda y les pedimos si
nos pueden dejar. Entonces fue ver cómo hacíamos para que estas nueve
compañeras estén presentes, pero a la vez, quién pone el cuero para entrar a

decir esto. Y quién entra de nuevo a esta capilla, y quien habla por ellas.
Y te sentís sola, realmente ahí. Porque no están las compañeras. Estaba la
Campe, me doy vuelta y la veo a la hija de Sonia Blesa, Idilia. y le pedí a
Jaureche si me podía prestar el micrófono para nombrar a las nueve
compañeras desaparecidas del Buen Pastor, junto al secretario de Derechos
Humanos, que me dijo que si era corto, sí. Y yo decía, ¿cómo hablo de las
nueve compañeras, que pensaba caracterizar a cada una de ellas, hacer un
contexto de porqué nos habíamos fugado.? Entonces Jaureche me presentó, le
tiré el bastón a Idilia al diablo, pasé por arriba de no sé quién, pero yo
ya estaba parada al frente con el micrófono en la mano. Entonces hice un
pequeño contexto de porqué se produce la fuga, cómo, cuándo, quiénes éramos
y empecé a nombrar a las compañeras con alguna característica, personal y
política. De la que más me acuerdo es de Elena de Quiroga, desaparecida, que

su hijito se llamaba Sabino, y no me cabe la menor duda de que todos sabían
porqué su hijito se llamaba así, y con qué orgullo ella le decía que llevara

ese nombre, qué fue Sabino para el campo revolucionario. Hasta que llegó el
turno de Sonia Blesa, que su hija estaba allí, que nació después de la fuga,

y que solita estaba sentada esperando a ver qué decía yo de su mamá, y
realmente Sonia fue un cuadro político que nos enseñó muchísimo a nosotras,
a analizar situaciones, a aprehender la realidad, a ver cómo la
transformamos, y en la cárcel siempre fue nuestro ejemplo, y que le decíamos

alias "la quinielera", porque cuando a ella la detienen en una esquina en
Alta Córdoba, se come unos papelitos, y la policía cree que ella levantaba
quiniela. Porque en esa época la quiniela no era legal, vos ibas a un
quinielero clandestino, al "loro", por lo general. El "loro" era un
quinielero, que terminó muerto en el campo de concentración de la casa de
Hidráulica, por no querer compartir sus ganancias con el comando
Libertadores de América, formado por La Perla y la D2. Y entonces a Sonia le

preguntaban adónde estaba el "loro", ¡y ella se estaba tragando las citas de

los compañeros!
En estas dos compañeras resumo lo que fui diciendo de cada una de ellas. Las

compañeras desaparecidas, fugadas del Buen Pastor, eran: Elena Arriaga,
viuda de Quiroga, la mamá de Sabino; Rosa "Tota" Novillo Corvalán; Zulma
Rosario Ataide; Ana Vilma Moreno de Agüero; Susana Cristina Ávila; Ana María

Liendo; Alicia Raquel D´ambra; Sonia Alicia Blesa y Norma Hilda Melani.
Todas sus caídas son un ejemplo.
- Carmen: Yo quería agregar que esto es lo más importante para nosotras,
pero que también hay compañeras que están vivas, y que a su vez, han sufrido

muchísimo, que les costó recuperarse con sus hijos, que después estuvieron
presas muchos años, fueron muy maltratadas y torturadas por haber sido
fugadas.
- Les agradecemos mucho el haberse acercado hasta aquí.
Cristina: Nosotras también queremos agradecerles en nombre de las compañeras

y en el de la memoria, porque aunque tarde, esto es el rescate de la
memoria.

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