martes, 15 de enero de 2008

RV: [RIMA] AR_.pagina12-- ABORTO EPIDEMIA SILENCIOSA

-----Mensaje original-----
De: rima-lista-bounces@tau.org.ar [mailto:rima-lista-bounces@tau.org.ar] En
nombre de Maria Luisa Lerer
Enviado el: lunes, 14 de enero de 2008 12:40
Para: RIMA lista
CC: rima-lista@tau.org.ar; rima gacetillas
Asunto: [RIMA] AR_.pagina12-- ABORTO EPIDEMIA SILENCIOSA

LOS HOSPITALES ATIENDEN A 188 MUJERES POR DIA POR COMPLICACIONES DE ABORTOS
Las cifras de una epidemia silenciosa Se calcula que por cada una que se
hospitaliza hay siete mujeres que recurren a un aborto seguro, sin
complicaciones. Esa estadística no toma en cuenta las que fueron atendidas
en guardias ni las que mueren. En las provincias del Norte todavía recurren
a métodos como la introducción de tallo de perejil, de agujas y de
sondas.Dos jóvenes fallecieron en octubre en el Argerich por un aborto
infectado hecho con métodos precarios.
Por Mariana Carbajal Cada
hora, siete mujeres egresan de un hospital público del país después de haber
estado internadas por complicaciones por un aborto. A lo largo del día serán
un promedio de 188, según las últimas estadísticas oficiales a las que tuvo
acceso Página/12. Aunque en todos los casos no se trate de interrupciones
voluntarias de un embarazo -algunas pueden ser espontáneas-, la impactante
cifra da una clara magnitud del problema sanitario del aborto en la
Argentina, pero es apenas la punta de un iceberg: por fuera de ese cómputo
quedan las mujeres que recurren a un aborto seguro y no tienen
complicaciones -se estima que son siete por cada una que tuvo que
hospitalizarse-; las que reciben atención en una guardia y las que mueren.
Como las dos jóvenes que fallecieron entre septiembre y octubre en el
Argerich por un aborto infectado realizado con métodos precarios, según pudo
saber este diario, una causa de muerte que hacía tiempo que no se registraba
en ese hospital porteño, ubicado a escasos minutos de la Casa Rosada.Cada
cinco años se cuentan los egresos hospitalarios por diagnóstico de
establecimientos oficiales. El último cómputo corresponde a 2005 y el
procesamiento de los datos de todo el país, a cargo de la Dirección de
Estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, acaba de finalizar.
Página/12 accedió a la publicación, que da cuenta de las internaciones
registradas en centros asistenciales nacionales, provinciales y municipales.
La información tiene algunas limitaciones con respecto a su cobertura: no
toma en cuenta a los establecimientos dependientes de Fuerzas Armadas y de
Seguridad, de Universidades Nacionales, como el Hospital de Clínicas, y de
las obras sociales y el sector privado. De todas formas, es una excelente
herramienta para analizar las causas de morbilidad de pacientes internados.
Y en este caso, el eje está puesto en el aborto como motivo de
hospitalización. Las complicaciones de aborto son la principal causa de
mortalidad materna en la Argentina desde hace 25 años.

Con relación a la anterior medición, del año 2000, las hospitalizaciones por
aborto descendieron levemente, apenas un 3 por ciento. En 2005, hubo 68.869
mujeres que tuvieron que ser internadas por esa causa, sin contar Salta y
Tucumán, que no suministraron sus datos. Cinco años antes -sacando del
cálculo a esas dos provincias para poder comparar las cifras-, el total
había sido de 71.076. Se podría decir que en este lapso la cantidad de
mujeres que demanda internación por complicaciones de un aborto se ha
mantenido más o menos estable, con una tenue tendencia a la baja. Es más, si
se analizan los datos por franjas de edad de las pacientes, se observa que
en todas hay menos casos, salvo en la de las mujeres de 50 a 54 años, donde
pasaron de 79 en 2000 a 100, en 2005 y entre las mujeres más jovencitas: en
el grupo de nenas de 10 a 14 años, las internaciones por aborto treparon de
498 a 511 en 2005 y entre las adolescentes de 15 a 19 años, subieron de 9909
a 10.399 en el mismo período.

Entre 1995 y 2000, sí se había producido un salto muy significativo de
internaciones por abortos: en esos años aumentaron un 46 por ciento, con
picos de incremento de 148 por ciento en San Luis, 143 por ciento en La
Rioja y 103 por ciento en Santiago del Estero.

La provincia de Buenos Aires, la jurisdicción con mayor población del país,
registra el número más elevado de hospitalizaciones por complicaciones de
aborto: el 45 por ciento del total, ocurrieron en su territorio. En total,
fueron 31.089. Lo que equivale a decir que cada día 85 mujeres fueron dadas
de alta después de requerir atención e internación en un hospital público
bonaerense.

La médica Estela Acosta, jefa del Servicio de Tocoginecología de la
Maternidad Ana Goitia, de Avellaneda, da cuenta de un fenómeno que se repite
en otros lugares del país: "Las internaciones por aborto han disminuido en
los últimos años por el uso cada vez más extendido y difundido boca a boca
del misoprostol, la pastilla a la que recurren las mujeres para abortar
solas", señala Acosta en diálogo con Página/12. "Para nosotros es realmente
un alivio. Antes venían infectadas, con riesgo de muerte o de pérdida del
útero o los ovarios, o ambos órganos", agrega la médica. En la Maternidad
Ana Goitia se atendieron entre enero y noviembre de 2007 a 292 mujeres que
llegaron con cuadros derivados de abortos. "Se sabe que el 10 por ciento de
los embarazos puede terminar en un aborto espontáneo. El resto son abortos
de gente que no ha tenido educación o los medios para evitar un embarazo no
deseado", apunta Acosta.

Lo habitual es que no quede registrado si el aborto ha sido provocado o
espontáneo. Son pocas las mujeres que reconocen ante un médico o una médica
que recurrieron a alguna maniobra para interrumpir un embarazo no deseado
por temor a ser denunciadas o simplemente culpabilizadas y maltratadas por
los profesionales. Acosta dice que en el ámbito bonaerense "ya no se hace la
denuncia criminal" de la mujer que llega con un aborto incompleto realizado
en la clandestinidad. El cambio, sostiene, se produjo a partir de la entrada
en vigencia de la resolución 304 de 2007 del ex ministro de Salud bonaerense
Claudio Mate, firmada un año atrás, durante la gestión del gobernador Felipe
Sola, por la cual se creó un protocolo para la atención del aborto no
punible y de las mujeres víctimas de violación. "Ahora hay otra mirada sobre
la mujer que aborta, menos castigadora, más humanitaria", admite Acosta.

-¿Hubo resistencias entre los tocoginecólogos para cambiar de paradigma? -le
preguntó Página/12.

-En nuestra maternidad nos ha costado varias reuniones con los médicos, en
las que les he hablado de que no se las debe maltratar, que la mujer llega a
esa situación como última instancia y que debemos saber que antes es el
Estado el que no ha hecho nada para ayudarla a evitar ese embarazo no
deseado y prevenir ese aborto. El cambio comenzó con la gestión y el
encuadre que le dio al tema el ex ministro de Salud, Ginés González García.
Estamos expectantes ante la nueva gestión -respondió Acosta.


Dos muertes

En los hospitales porteños, los egresos por aborto en 2005 fueron 6545, un
promedio de 17 por día. No entran en esa estadística oficial, por ejemplo,
dos jóvenes que murieron entre setiembre y octubre en el Argerich por
infecciones causadas por aborto: a ellas no les pudieron dar el alta. "Hacía
rato que no pasaba algo así. Si las pacientes no tuvieran miedo de consultar
cuando tienen complicaciones con un aborto porque está penado por el Código
Penal, no se llegaría a esas situaciones tan dramáticas", señaló ginecóloga
Sandra Vázquez, del Servicio de Adolescencia del Argerich, donde puso en
marcha un consultorio en el que asesoran a las jóvenes que tienen decidido
interrumpir un embarazo, y les brindan información antes y después del
aborto, sin juzgarlas ni denunciarlas, para evitar que sufran lesiones que
demanden internación o lleguen a perder la vida en el intento.

Cada semana reciben entre dos y tres adolescentes que tienen un embarazo no
deseado. "La mayoría no desiste de hacerse el aborto, pero lo hace en
condiciones seguras. Nosotros no les recomendamos ningún método, no lo
podemos hacer, pero trabajamos con la información que ellas traen. Si dicen
que van a ir al rancho de al lado a ponerse una sonda, les advertimos que
corren riesgos. E inmediatamente las introducimos en el programa de salud
sexual y reproductiva, para que tengan un método anticonceptivo y no repitan
la situación de aborto", explicó Vázquez, cuya iniciativa, réplica de una
experiencia uruguaya, ya ha recibido varios premios. En los últimos cuatro
meses, en el Servicio de Adolescencia del Argerich y gracias a la consejería
pre y post aborto, no han tenido internaciones por interrupciones de
embarazo. "Al haber un espacio en el que pueden consultar, ninguna viene con
complicaciones", destacó Vázquez.


Métodos precarios

Lejos de la Capital Federal, 1643 kilómetros hacia el Norte, en San Salvador
de Jujuy el panorama es distinto. En el Hospital Pablo Soria, el más
importante de la provincia por número de partos, todavía se ven mujeres que
en la desesperación por no continuar con un embarazo no buscado recurren a
métodos tan precarios como peligrosos, como la introducción de tallo de
perejil, de agujas y de sondas. "Aún tenemos mujeres muy jóvenes, chicas de
18, 19, 20 años, a las que hay que sacarle el útero y el ovario porque
siguen apelando a esos métodos aberrantes. Seguimos viendo mujeres de todas
las edades y condición social, jóvenes con secundario completo, con
terciario y también universitarias, que recurren a prácticas muy primitivas
para abortar", describe Ricardo Cuevas, jefe de la Unidad del Servicio de
Ginecología del Hospital Soria y responsable provincial del programa de
Salud Reproductiva. Hay días, precisa, que reciben diez casos derivados de
los centros de salud del interior de la provincia. De todas formas, Cuevas
da un dato alentador: en comparación con 2002, el número de internaciones
por complicaciones de aborto en ese centro de salud han bajado
aproximadamente un 50 por ciento. Allí también las mujeres recurren al
misoprostol. "El descenso de los casos tiene que ver con que hay
anticonceptivos en los hospitales. En el hospital empezamos a trabajar en
consejería en salud reproductiva en enero de 2007; antes dábamos
anticonceptivos pero sólo a demanda de la paciente", agregó Cuevas.

-¿Cómo atienden los médicos los casos de mujeres que llegan con abortos
provocados? -le preguntó este diario.

-La actitud del personal de salud frente al aborto es muy difícil de
cambiar. Tienen una actitud un tanto negativa, la atiende sin un marco
humanitario que recién ahora se está empezando a implementar. Lo peor es
vencer la resistencia de lo médicos. La mortalidad materna en Jujuy es de
las más altas del país. En 2006 volvió a subir en la provincia. El aborto es
la principal causa, o sea es un problema serio de salud pública, que se
puede evitar con anticoncepción. Pero fíjese, tengo colegas que no se animan
a colocar un DIU porque nunca lo han puesto -responde Cuevas.

En 2005, las hospitalizaciones por aborto en el sector público llegaron en
Jujuy a 2101, según la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud de
la Nación.

Después de la provincia de Buenos Aires y ciudad de Buenos Aires, Mendoza es
la jurisdicción con más casos de egresos hospitalarios del sector público
por aborto: 3155 en todo el 2005. En la principal maternidad de la
provincia, la del Hospital Lagomaggiore, de la ciudad de Mendoza, hicieron
un seguimiento entre 1999 y 2004 de las pacientes internadas en terapia
intensiva por causas obstétricas, es decir, los casos más graves. En ese
período hubo 250 pacientes en esas condiciones, de las cuales 45 llegaron a
internarse de urgencia por un aborto practicado en malas condiciones
sanitarias: a 33 debieron someterlas a intervenciones quirúrgicas para
extraerles el útero y/o el ovario; diez, directamente murieron, informó a
Página/12 el médico Carlos Cardello, director de Maternidad e Infancia de la
provincia desde 2000. "Esto habla claramente de un problema de salud
pública. No podemos mirar para otro lado. Se debe dar educación sexual y
profundizar los programas de salud sexual y reproductiva", consideró
Cardello. En el año 2006 no murió ninguna mujer por aborto en Mendoza.

El aborto, se sabe, está relacionado con el embarazo no deseado. En Mendoza
hicieron una encuesta muy interesante: le preguntaron a todas las mujeres
que acababan de parir en las maternidades de referencia de la provincia a lo
largo de un mes, entre julio y agosto de 2007, si querían o no tener el hijo
que acababan de dar a luz. De un total de 1200 encuestadas, "un 16 por
ciento respondió en sentido estricto que no quería tener esa criatura y casi
45 por ciento dijo que el embarazo no había sido planificado, con lo cual
sumamos casi 60 por ciento de embarazos no deseados", detalló Cardillo. "Lo
primero que hay que hacer para prevenir el aborto es cortar la cadena del
embarazo no deseado", apuntó. En Mendoza estudiaron, además, las
consecuencias en la salud y la vida del bebé cuando la gestación no fue
buscada. "Dos tercios de los chicos que pesaron menos de 1500 gramos, es
decir, que tienen muy bajo peso al nacer, provenían de embarazos no deseados
-explicó el director de Maternidad e Infancia de la provincia-. La
estadística muestra que los que tienen muy bajo peso al nacer tienen una
mortalidad muy alta: cada dos, uno muere."
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