miércoles, 2 de julio de 2008

RV: [SPAM][RIMA] Margaret Atwood, por Silvina Friera

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De: rima-lista-bounces@tau.org.ar [mailto:rima-lista-bounces@tau.org.ar] En
nombre de Gabriela Adelstein
Enviado el: jueves, 26 de junio de 2008 15:49
Para: RIMA Tau
Asunto: [SPAM][RIMA] Margaret Atwood, por Silvina Friera


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-10461-2008-06-2
6.html
publicado en Página/12
fecha: jueves 26 de junio de 2008
difundido por RIMA - Red Informativa de Mujeres de Argentina


MARGARET ATWOOD, GANADORA DEL PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS

"La escritura es todo un misterio"

"Se crea una voz y esa voz no es la realidad, pero es una ilusión con mucha
fuerza", definió ayer la novelista y poeta canadiense, ardiente defensora de
los derechos humanos.

Por Silvina Friera


A veces resulta curiosa la compensación que se produce cuando se anuncian
los premios literarios más prestigiosos. Eternos candidatos al Nobel,
obtienen otros galardones mientras esperan el máximo. Es el caso de la gran
dama de las letras canadienses, mujer de mirada cristalina y rasgos suaves.
La poeta y narradora Margaret Atwood ganó ayer el Premio Príncipe de
Asturias de las Letras, dotado de 50 mil euros, "por su espléndida obra
literaria". El jurado eligió a la autora de El cuento de la criada, una
crítica feroz a las sociedades totalitarias, y El asesino ciego porque
"asume inteligentemente la tradición clásica, defiende la dignidad de las
mujeres y denuncia situaciones de injusticia social".

Al recibir el premio, la escritora canadiense dijo que "este maravilloso
reconocimiento es muy importante para mí y también para la literatura
canadiense" y justificó su sorpresa al conocer que había ganado por el hecho
de que la literatura de su país "no es tan conocida en Europa, y se nos
confunde a menudo con los estadounidenses".

Comprometida en la promoción de los derechos humanos y colaboradora de
Amnistía Internacional, desde donde ha defendido los derechos territoriales
de los indios mohawks, Atwood señaló que los derechos civiles son como
árboles: "Se tarda mucho en conseguir que crezcan, pero muy poco en
talarlos". En declaraciones a la agencia EFE, señaló que "la gente se asusta
fácilmente con la amenaza de peligro y está dispuesta a sacrificar sus
derechos a cambio de protección, siempre y cuando no sean sus propios
derechos los que se violan".

La flamante ganadora del Príncipe de Asturias aseguró que "el terrorismo es
un pequeño desafío comparado con otros que afronta el mundo", como el cambio
climático. Sobre el papel de los escritores e intelectuales frente a los
abusos del poder, Atwood opinó que "debe ser el mismo que el del resto de
los ciudadanos: resistirse a la deformación de la sociedad civil antes de
que se llegue al matonismo o la dictadura".

"La escritura es todo un misterio. Se crea una voz con una pluma o con una
computadora, y esta voz no es la realidad, pero es una ilusión con mucha
fuerza. Cuando lees a Shakespeare, o Don Quijote, tienes la impresión de que
el autor te está hablando directamente a ti. Es sorprendente la fuerza de la
escritura", afirmó Atwood, nacida en Ottawa en 1939. Como su padre era
etnólogo forestal y estudiaba los insectos, la escritora canadiense creció
en medio del bosque, sin televisión ni cine: "Si llovía no había otra cosa
que hacer salvo leer".

A los 19 años Atwood empezó a escribir sus primeros poemas, impregnados de
referencias mitológicas que luego se desplazarían hacia el interés por el
misterio, las referencias culturales, literarias y pictóricas. Aunque
escribe en inglés y en francés, siempre ha sentido que sus principales
influencias están en la literatura francesa, en Flaubert, Zola, Maupassant,
pero también en los clásicos rusos. "En mi opinión –escribe Atwood en ¿Cómo
me convertí en poeta?– la poesía se nutre de la parte melancólica del
cerebro, y si no haces nada para evitarlo, te encuentras caminando
lentamente por un largo túnel sin salida. Yo he evitado esta situación
convirtiéndome en ambidiestra: también escribo novelas."

Interesada por el avance científico y, especialmente, por la función
renovadora del movimiento feminista en la sociedad, la poeta y narradora
canadiense considera que la aportación más radical del feminismo es "ayudar
a las mujeres a confiar en sus posibilidades", como reflejan sus poemas de
Juegos de poder (1971) y en el ensayo Second words (1982). Observación,
minuciosidad y análisis sobre la identidad canadiense están presentes en El
juego del círculo (1964) y Los diarios de Susanna Moodie (1970). Autora de
distopías, visiones negras del futuro que The Times y The Washington Post,
entre otros medios, ya han comparado con las de Orwell y Huxley, la
escritora canadiense tiene más de veinte obras de ficción publicadas y sus
libros fueron traducidos a más de treinta idiomas.

Entre los títulos más recientes de su obra se destacan El cuento de la
criada (1987), Ojo de gato (1990), espléndida rememoración del mundo de la
infancia, considerada por algunos críticos como su mejor novela; El huevo de
Barba Azul (1990), Resurgir (1994), incluida por Harold Bloom en su polémico
Canon occidental; Doña Oráculo (1996), Alias Grace (1998), el volumen de
relatos Chicas bailarinas (1999), El asesino ciego (2000), considerada la
"primera gran novela" del nuevo siglo y con la que ganó el premio Booker; y
Oryx y Crake (2003). "Un mundo feliz es más gracioso y es una sátira, con lo
cual siento a Huxley más cercano a mi estilo literario, pero emocionalmente
siempre me sentí más cerca de Orwell", admitió la ganadora del Príncipe de
Asturias.

Atwood es una escritora que piensa el mundo y al ser humano que lo habita.
En el espacio creativo de sus textos convergen su punzante ironía, su
exquisita sensibilidad poética, una aguda profundidad psicológica, una
inteligencia fuera de lo común y una inconformista y batalladora denuncia
contra los mecanismos de poder desencadenantes de toda clase de injusticias
que tienen como víctimas a los sectores más desfavorecidos de la humanidad.

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